lunes, 16 de febrero de 2009

Petrificación



Muchas historias, desde la mitología griega, cuentan de personas que han sufrido un proceso de rigidez e inmovilidad de los miembros del cuerpo. Una de las historias mas conocidas es la de Meduza (una de las tres gorgonas) quien podía volver piedra a cualquier hombre que la mirase a los ojos. Peor no solo eran monstruos y criaturas mitológicas quienes tenían esta habilidad. Los Dioses del Olimpo solían practicar la petrificación como castigo a los mortales arrogantes o desobedientes. La más famosa fue Niobe, reina de Tebas, quien enfureció a los dioses al presumir que tenia 12 hijos y la Diosa Leto solo tenía 2. Como respuesta a este insulto, los hijos de Leto: Apolo y Artemisa, dispararon flechas mortales a los hijos de Niobe. La desconsolada reina lloro inconteniblemente, inmovilizada por el dolor y se convirtió en piedra, siempre húmeda por sus lágrimas.

La petrificación se destaco en el folclore de varias culturas, en especial en aquello lugares donde las montañas y otras formaciones rocosas muestran forma humana o animal. De allí la creencia en enanos maldecidos y trolls transformados en piedras por la luz del sol.
En el folclore británico, la petrificación era la respuesta a la existencia de círculos de piedra. En realidad estos círculos fueron creados por pueblos prehistóricos del oeste de Europa entre 3000 y 1200 a. C.

- los hijos de Niobe caen ante las flechas de Apolo y Artemisa -

Durante el siglo XIX, los periódicos norteamericanos publicaron decenas de artículos sobre cuerpos humanos petrificados que fueron encontrados enterrados, sentados sobre rocas o momificados en troncos de árboles, e incluso muchas personas afirmaron ver con sus propios ojos como personas se convertían en piedra ante sus ojos. Pero solo eran mentiras inventadas por la prensa, interesada en los hallazgos en Inglaterra e inventaban historias para atraer a los lectores incautos.

Mark Twain, autor de Huckleberry Finn, escribió una de las más exageradas historias sobre petrificaciones con la intención de ridiculizar la creencia en estas historias, pero, para su sorpresa solo consiguió que los lectores le pidieran más.
En literatura del último siglo tenemos muchos ejemplos, como la petrificación de los trasgos en "El Hobbit" de Tolkkien, o los hechizos de petrificación de Hermione en "Harry Potter" de J.K.Rowling o las criaturas congeladas por la bruja blanca en "Crónicas de Narnia" de C.S. Lewis.

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